Si tuviera que resumir el Laboratorio de la Mirada en una frase, diría: fue sentirme acompañada en un viaje hacia adentro. Me sorprendió cómo la virtualidad puede sentirse tan real y cómo es posible que cada uno desde su propio trabajo se sienta tan conectado con el de los demás. Todos con miradas distintas, estilos, ideas y proyectos diferentes, pero con una gran conexión que no sé si podría explicar con palabras. Siento que tengo más herramientas para frenar cuando estoy acelerada y en gran parte es a través de la mirada.

El laboratorio me ayudó a "despegarme" de mi preocupación por los aspectos puramente técnicos y estéticos del proceso de producción fotográfica. Después del laboratorio me relaciono de otra manera con la cámara y mis sentidos. Me siento menos presionado a producir fotos técnicamente perfectas o estéticamente agradables y más libre de experimentar con una mirada más personal.

Elegí a mi madre para mi proyecto. Gracias al Laboratorio de la Mirada me conecté con ella de otro modo y pude transmitir su esencia no sólo a través de sus gestos sino también a través de sus pausas, que al correr de los años han ido apareciendo impredecibles y al azar. Lo que antes se me antojaba pasivo, descubrí que era de una serena y profunda vitalidad. Aprendí a no buscar una imagen perfecta, sino a ser y estar… y desde ahí reconocer el momento oportuno de registrar mi mirada en una fotografía. Gracias .

El laboratorio fue para mi una oportunidad de encuentro con mis imágenes, con mis pensamientos, con mis miedos y también con mis virtudes. Poder observarme de forma calma y siempre contenida por el grupo y por Tali y Lucia, sin apuros, sin malos ni buenos, sin reglas. Simplemente dejarse recorrer por las consignas fotográficas, te atraviesa por todos lados. Mirar a través de la cámara y mirarse de otra forma.

El Laboratorio de la Mirada es una invitación a calar profundo en el ejercicio de mirar, es increíble que en tan poco tiempo, a través de consignas claras e "inocentes" resulten tan movilizadoras y a todos nos haga cuestionar e ir más allá de lo que creíamos posible. Todos ampliamos nuestra capacidad de observar el afuera y crecer desde adentro, en un contexto amoroso y respetuoso.

Un espacio amoroso, profundo, comunitario a pesar de la distancia. una pausa para mirar más detenidamente, buscando los detalles y señales que están ahí, fáciles de omitir. Un laboratorio para explorar nuevas maneras de ver y crear. El intercambio horizontal y respetuoso forma un ambiente inspirador y creativo.

En el laboratorio de la mirada me encontré con una hermosa posibilidad de explorarme junto con otres. Encontré nuevos caminos de posibilidad, a través de la fotografía. Nuevas formas de ser y estar de mí misma, nuevas miradas. En mi corto camino de exploración de la fotografía, hoy siento que el laboratorio marcó un hito significativo en mi forma de explorarla, enriqueciéndome significativamente, no solo en este aspecto, sino para mi vida.